miércoles, 26 de marzo de 2008

Muestra de perseverancia

Dicen que el segundo matrimonio es la victoria de la esperanza sobre la experiencia. Algo similar debe estar pasando en Volkswagen de México, al poner en el mercado la Bora SportWagen, que en otros tiempos hubiera sido bautizada como Bora Station Wagon o, simplemente, Bora Guayín.
A ejemplo de Estados Unidos, México dejó de querer a las vagonetas hace mucho tiempo. Estigmatizadas como “coche de señora”, las guayines perdieron sus primeras batallas para las minivan, inventadas hace 25 años por Chrysler, pero prácticamente desaparecieron del panorama mexicano cuando la moda pasó a ser los SUV, o vehículos deportivos utilitarios, por sus siglas en inglés.
Las ventas de estos vehículos en territorio nacional son mínimas. Como resultado, pocas marcas ofrecen este tipo de productos en México, todas europeas: Fiat, Peugeot y Volkswagen. Y en al menos un caso, el de Fiat, la disfrazan de todoterreno para lograr con esto romper el estigma de auto de señoras.
En el Viejo Continente, la presencia de las vagonetas no sólo es aún constante, sino que en muchos casos rebasa la de los sedanes o hatchbacks. Es natural que así sea, ya que las guayines son vehículo extremadamente prácticos, con una cajuela amplia que sumada a la capacidad de abatir el asiento trasero, la transforma en algo ideal para transportar objetos largos como los esquíes, muy usados en Europa. Además, son más ligeras, bajas y económicas que las SUV, manteniendo un nivel de conducción muy superior a éstas. Por esto, debe ser difícil para un directivo europeo, entender que aquí, ya nadie —o muy pocos — las quieren.
Históricamente, todos han intentado. Las marcas alemanas de lujo, pusieron aquí sus vagonetas. Mercedes-Benz las tuvo en sus clases C y E. BMW, de igual manera, las ofreció en las series 3 y 5. Audi llegó incluso a poner a la venta en México la RS4, un bólido que se disfrazaba de tranquilo familiar, pero era capaz de rebasar a quien se le pusiera por delante. De hecho, Audi probablemente traiga la RS6, también en versión vagoneta, un esfuerzo que sólo se comprende cuando nos damos cuenta de que, a este nivel de precio, el volumen no es precisamente lo que se busca. Pero vaya, ni siquiera la versión All Road, que usaba máscara de todoterreno, fue exitosa.
Volvo fue otra que vendió guayines en territorio azteca. Primero con la S70 y XC70, luego con la S40. Todo esto para darse cuenta de que a los mexicanos, tercos que somos, no nos gusta las guayín. Punto.
No fueron sólo los fabricantes de lujo. Marcas de mucho mayor volumen, como Renault, también puso a la venta la Laguna Grand Tour. Pero ésta nunca pudo rebasar 10 por ciento de las ventas del Laguna sedán. No tardaron mucho en darse cuenta de lo obvio. Hasta Mitsubishi lo intentó, con la SpaceStar. Los resultados fueron los mismos.
Peugeot, quien aún insiste con las 206 y 307 SW, parece resignada a vender bajos volúmenes, pero se mantiene estoica en la postura de seguirlas ofreciendo.
Ahora, el caso realmente interesante, es el de Volkswagen. Esta marca para mostrar una perseverancia que nadie más tiene. Así fue con la instrucción de vehículos que funcionan con diesel. Al ver que nadie más daba el paso, VW decidió que lo haría y puso a la venta Jetta y Bora con máquinas diesel. Pronto habrá un Beetle. Algunos ya lo siguen, como Dodge con su RAM. Otros más aún estudian o esperan que Pemex cumpla su promesa de ofrecer un diesel limpio. Pero que el diesel vendrá, ni duda cabe. Y para entonces, VW habrá “pegado primero”, por lo tanto, habrá pegado dos veces.
Ahora, con las guayines, el caso puede ser distinto. VW ya tuvo aquí vagonetas Passat, Jetta y Pointer, por hablar sólo de las más recientes. Una a una, fueron saliendo del mercado, debido a las más que bajas ventas. Aún así, no hace mucho, la “marca del pueblo” colocó a la venta la SportVan, que no es ni más ni menos que la Lupo guayín. Todos los que observamos el mercado, podemos decir que nuestras calles no están precisamente inundadas por ellas. Ahora, VW decide poner una más y seguir remando contra la corriente.
Particularmente, me gustan las vagonetas, tanto su diseño como el manejo. Pero me quedó claro, hace ya varios años, que el mercado simplemente las rechaza. Íntimamente, espero que la nueva Bora SportWagen sea un éxito, que recupere el gusto nacional por un coche que es más amigable con el medio ambiente que una SUV, pero la historia me enseña que esto será muy difícil. Aunque a favor de VW, también hay que reconocer que, en muchos casos, la perseverancia es más fuerte que todo, incluso que la inteligencia. Así que, sea bienvenida la SportWagen. Mientras esté entre nosotros.

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